Máscaras para negociar, ¿estrategia o realidad?

Hace unos días me pidieron escribir una nota para Negociación para Mundos E, la comparto y remito al link de mi hija que es una fotógrafa excelente y me permitió usar uno de sus trabajos para este blog.

Cuando hablamos de las personalidades para negociar, nos movemos dentro de un cuadrante que no es estático. Cada personalidad (más o menos agresiva, más o menos flexible) es el resultado de la influencia de muchas circunstancias.

A veces las personas nos ponemos máscaras como una manera de tapar nuestra verdadera personalidad, como una protección. De hecho la palabra persona en su acepción jurídica viene de “per sonare” cuyo origen viene del latín persona, o sea máscara usada por un personaje teatral. El latín lo tomó del etrusco, “phersu” y este del griego πρὀσωπον (prósopon = máscara). En el teatro en Grecia no había, claro está, micrófonos y la voz no era lo suficientemente potente como para llegar a todos los espectadores.  Esta es tan solo una de sus acepciones y la tomo selectivamente por su significado: el sonido para que los espectadores puedan escuchar y el “estar delante de la cara” para que los actores pudieran interpretar su rol.

En la vida y en  nuestros diferentes roles, no somos siempre los mismos; si hay algo que nos caracteriza es la impermanencia y la posibilidad de adaptarnos al otro en la interacción a través de cualquier conversación, del silencio, de una mirada, de movimientos.

Estamos negociando todo el tiempo, y si hiciéramos un registro de las máscaras que usamos para negociar (los roles que asumimos, las personalidades), nos daríamos cuenta de que no son siempre las mismas, sino que todo lo contrario. De acuerdo al otro es que nuestra máscara cambia y nuestro rol asume un protagonismo diferente.

En este sentido y yendo a lo práctico, la pregunta es ¿cómo conviene usar esas máscaras? O antes que eso ¿es bueno usarlas? A la segunda pregunta dejo el margen de duda. En mi experiencia, creo que sí lo es hasta que aprendamos a conocernos mejor y a desarrollar nuestras habilidades blandas para ser empáticos en todas las situaciones. A la primera pregunta, mi opinión es que conviene primero saber para qué las queremos usar, qué es lo que necesitamos lograr. Cada máscara puede ser una ayuda o todo lo contrario.

Por ejemplo, si mi personalidad es muy flexible y tengo que realizar una negociación compleja con otro que tiene una personalidad dura, entonces la máscara puede ser un elemento de ayuda. Poniéndome una máscara que muestre mis fortalezas, y que muestre autodominio (el secreto de toda buena negociación), posiblemente la negociación sea solo un personaje que tengo que interpretar en mi imaginario y lograr el resultado que persigo. Lo que en realidad sucede es que, cuando ya tengo las herramientas adecuadas, me doy cuenta de que NADA es personal, que cada persona con la que negocio lo está haciendo sobre una situación y desde su vivencia, lo que importa es eso. En estos casos, los personajes que debamos asumir tienen que ver con la capacidad de  ponernos realmente dentro del rol para poder ser más empáticos con ese otro diferente a nosotros.

Si entrenamos estas capacidades, luego el uso de las máscaras es diferente, es más fácil elegir cuál tengo que adoptar, qué tengo que tener en cuenta al relacionarme con el otro y ser un “escuchador” activo.

También podemos cuestionarnos si las máscaras son falsas, y esto puede representar un obstáculo para negociar. Y precisamente ahí está el punto clave: se trata de una estrategia, y no de falsear una personalidad o de ocultar intenciones. Como en el teatro, el personaje no soy yo, es lo que tengo que representar según la situación, esto vendría a ser lo mismo. Es que en realidad cuando estoy negociando estoy en un escenario y si me miro desde arriba soy un personaje necesario en eso que hay que resolver (la estrategia de “salir al balcón” de Ury).

En una oportunidad estaba negociando una deuda con una persona que me había hecho un préstamo, y el rol que asumí fue el del personaje sincero que puede compartir con el otro su situación y de esa manera ese otro se pudo poner en mi lugar y, café de por medio, pudimos llegar a un acuerdo ganar ganar para ambos.  La base de todo fue que mi rol de sinceridad es la base de la confianza que genero cuando estoy negociando. Uso este ejemplo de la deuda porque es lo más vivencial que nos puede pasar hoy en día, el rol de sinceridad y generar confianza para abrirnos al otro y que entre en nuestras vivencias es potenciador (si se puede, claro está).

Por último, y volviendo a mi imaginario, puedo afirmar que dependiendo de la conciencia que tengamos en el momento de usarlas,  en cuanto a la responsabilidad y las consecuencias, será el resultado que obtengamos. Por eso propongo un “buen uso” de estas máscaras.

La máscara que usan determinados hombres puede ser más cerca de la esencia, más adecuada para su ser que la cara que tienen.” Lucian Blaga

 

Ph: Valentina Arlettaz  

https://www.facebook.com/photographyvma/

 

Fuente: MUNDOS E:  https://mundose.org/mscaras-para-negociar-estrategia-o-realidad/

 

 

 

 

 

 

 

Coaching en negociación, ¿qué es y para qué sirve?

Hace unos años ya, estoy  realizando estos procesos tanto para personas como para empresas. En empresas en las que me contratan para capacitar lo hago como manera de bajar a tierra lo que vemos en espacios comunes de capacitación detectando fortalezas y debilidades (con un método propio) de las personas y trabajando planes de acción pre acordados con las empresas. Los informes que se realizan son confidenciales en lo que deben serlo y a la empresa le informo los objetivos alcanzados (previamente acordados con el coachee). Cuando son personales el pedido viene de la pesona que necesita resolver una situación y me llama para conversar y desplegar posibilidades.

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¿Dónde estamos cuando hacemos? Dejar de estar “partidos”.

“Los dogmas son prisiones conceptuales colectivos. Y lo extraño es que la gente ama sus celdas porque les dan una sensación de seguridad y una falsa sensación de “yo sé”. Nada ha causado más sufrimiento a la humanidad de sus dogmas” Eckhart Tolle
Estar en el presente es un propósito, y se tiene que mantener momento a momento, cuando estamos con algo o alguien estar aquí y ahora hace que los dogmas se esfumen, es una práctica diaria, un hábito a incorporar, sino estamos “partidos”.

¿Cómo lograr hacer foco? es la gran pregunta, y puede haber millones de respuestas; sin embargo el conectarse con el presente cambia la pregunta a ¿dónde estamos siendo cuando estamos haciendo o no haciendo? , ¿cómo ser más productivos en un mundo de hiperconectividad , autoexigencia y esta manía de decir que sí a todo al mismo tiempo?

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Confianza y Stress:¿ contrapuestos que van de la mano? (primera parte)

La expresión confianza se utiliza de manera tan natural que pareciera que no tomamos conciencia, a veces, de lo que implica. La confianza considerada como valor está relacionada a lo que pensamos y sentimos respecto de algo o alguien, partiendo de nosotros mismos. Decir “me tengo confianza” implica que nos conocemos interiormente, sabemos como funcionamos, conocemos nuestra plasticidad, nuestra idoneidad, nuestra capacidad para producir resultados, para dominar ese ámbito, básicamente nos sentimos “como pez en el agua”.

¿Qué sucede cuando nos dicen: “confiamos en vos”?, es posible que esa confianza se haya generado porque ese otro nos conoce, sabe que puede descansar en nosotros cuando nos pide algo, sabe que vamos a poner en ese desafío todo nuestro empeño y nuestra auto confianza (expresión que me cuestiono mucho desde hace tiempo).

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Buenas prácticas en RSE

Las empresas interactúan con múltiples actores: accionistas, proveedores, clientes, pero también con los medios de comunicación, los gobiernos y el medioambiente. Una política de RSE debe tener en cuenta a todos ellos.

Pensando en un actuar socialmente responsable se habló de las buenas prácticas en todos los ámbitos. En realidad, corresponde más decir “todos sus grupos de interés o stakeholders ”, que son las personas o ámbitos afectados por las empresas. En cualquier charla sobre el tema las empresas, en general de manera consciente o inconsciente, saben cómo interactuar con cada uno de ellos y comprenden perfectamente que sus acciones impactan sobre los stakeholders . Lo que sucede, en general, es que se piensa primero en los accionistas, inversores, empleados, clientes y proveedores. Pero también están los medios de comunicación, las asociaciones de consumidores, las ONG, las asociaciones de la sociedad civil y demás empresas. Y, por último, se encuentran los llamados stakeholders públicos que son el gobierno, la comunidad y el medioambiente.

¿Con todos estos grupos interactúan las empresas? Sí, con todos. Y, en mayor o menor medida, las organizaciones, al formar parte del sector del mercado (llamado segundo sector), los afectan positivamente o negativamente. Justamente, la Responsabilidad Social Empresaria (RSE o RSC) implica un interés activo por involucrarse con el medio y eso significa, también, rendir cuentas a la comunidad.

Es recomendable empezar por preguntarnos cuáles son los stakeholders con los que nos relacionamos y de qué manera los afectamos (y ellos a nosotros).

Nada mejor que un ejemplo para poder entender esto: en una empresa cordobesa se realizan acciones de manera proactiva, pero como una política preventiva que es costumbre en la misma empresa y que aún no se toman como prácticas de RSE. En esta empresa, su misma misión habla de que su producto es de tecnología ecológica, que pretende promover la salud y crear un ambiente agradable de trabajo.

En la práctica, utilizan el concepto de ergonomía (introducido recientemente en la firma) para mejorar la calidad de los puestos de trabajo, se usan en el proceso de producción productos no contaminantes para preservar el medioambiente y la seguridad de sus empleados, y, por otra parte, se ha proyectado realizar un espacio de esparcimiento para que puedan (en su mismo lugar de trabajo) disponer de un ambiente para relajarse y distraerse, es una manera de recuperar fuerzas y socializar. Las personas necesitan relacionarse con las otras para integrarse y empezar a comprender que forman parte de un equipo en el que cada uno es realmente importante.

Por otro lado, la misma empresa cumple con sus proveedores pero, a su vez, está pensando en exigirles que realicen acciones sustentables para poder continuar en el tiempo. Además, piensa en sus clientes y, cuando les vende el producto, aconseja sobre la conveniencia según sus necesidades y utilización de lo que le vende. Además, su mensaje permanente a la comunidad es de fomento a la salud, que es para lo que sirve su producto.

Por lo tanto no actúa sólo sobre los empleados, sino también sobre clientes, proveedores, medioambiente, comunidad y los dueños, porque obtiene más rentabilidad. El secreto: es una empresa legitimada en el medio y sumamente confiable porque, sin dar a conocer sus actividades, es reconocida por su actuar.

¿Puede mejorar y realizar una estrategia en este sentido de manera más consciente y planificada? Sí puede, pero lo que está haciendo ya, es un buen comienzo.

Tips

– Es importante realizar un mapeo de los grupos de interés o “stakeholders” con los que se relaciona la empresa.
– La aplicación de un check list sobre las buenas prácticas que se realizan respecto de cada uno y cómo se impacta es esencial.
y Sobre esa aplicación se puede pensar en planes de mejora.


Artículo escrito para la Universidad Siglo 21, publicado en La Voz del Interior

 

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